miércoles, 28 de octubre de 2009

Cromagnon


miércoles 28 de octubre de 2009
"Noche del 30"


Estallido de planetas
Iluminados por rayos.
Metamorfosis del fragor
Tormentos, aflicción y dolor.

Adiós con ausencias

Transeúnte sin destino
Almanaque sin hojas,
Ni efemérides.

Tórrida noche del 30
A la luz del candil
Mascaras del horror
Alcanzando el candor.

Malecón de ilusiones
Trovador del dolor
“Callejeros”
Y el amor.

Logrobe acechanza en la
Catástrofe escénica
Celada de lo ávido
Responsables del simulacro y la caricatura.

Imbuidos de armadura
Presuntuosos caballeros

Enredadores y farsantes
Dipsómanos detrás del eclipse.

Surgidos…
Del mismo infierno
Conjura de barbarie
Chaban, Callejeros y Cromagnon.

Una noche del 30
En lacónicas notas musicales
Se inscribió con sarcástico drama
Una pagina en la historia.

Nos hablara del dolor
Fue la...noche del 30
Estallidos de ilusiones
Fue la noche del horror, fue “Cromagnon.

Eduardo V. Lococo

jueves, 22 de octubre de 2009

Guardianes conspiradores


“Conspirando desde el ayer”

Conspiración de Estatuas
Frías... insensibles
Rodeadas de jardines
Cuidadosamente parqueizados.

Sólo un limite
Un delgado limite
Las separa
Encuadradas en aromos en flor

Por las noches
Lucen iluminadas
No profanan el silencio
Y allí... conspirando están

Lujoso pedestal
De mármol de Carrara
Con su clásica altivez
Fría conspiración...

Mientras tanto...
El dolor se esparce
Frente a la impávida mirada
Fría mirada...

Mirando ... sin mirar
En el otoño lluvioso
El agua cae
Lavándolas de sangre...

De aquella epopeya “Civilizadora”
Ellas son... los guardianes...
Guardianes conspiradores
Del retumbar de la tierra

Tierra apropiada
Robada...
Usurpada
Identidad de sus hijos

Presente de conspiradores
Coronados de flores
Desde la plaza
Desde el bronce y el mármol


Eduardo V. Lococo

miércoles, 21 de octubre de 2009

"INTELECTOS COSMICOS"


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Están conmigo los “intelectos cósmicos” sus figuras alargadas y deformes, como las pintadas como el Greco, de miradas muertas con la frialdad y quietud de las estatuas.
Me anime y las invite a compartir el “guindado de mamá” a mi lado se mueven entre luces danzantes, e imagino el escenario ideal, con sones de clarines y repiquetear de tambores.
Las luces oscurecen la sala, salgo a escena cubierto con plateada capa y ellos los “cósmicos intelectos” brincan a mi derredor como aborígenes adorando a su dios.
Mi cuerpo se contrae, aspiro, expiro, desde lo más profundo de la voz, anuncio que la función ha comenzado…
Heroínas del pasado, Dioses de la mitología y punteros del hoy, se entremezclan dando marco a los actores.
Juan, un esqueleto ennegrecido de contraído gesto, Pedro lo observa inmóvil desde la puerta del imaginado zaguán, detrás Georgina, cargada de lentejuelas con su pálida piel, color de nada, grotesca, se ríe a carcajadas, caminando como si estuviera sobre arenas movedizas.
Todo…todo responde a la “Cósmica Murga” desde el abismo de mi mente, presencio el tragicómico espectáculo, por momentos se esfuma, transcurre…legan los hurra!.. anunciando el final, final de suicidio, nacido en el otoño del Parque Lezama, bajo aquella vieja magnolia, vigilia alumbrada por antiguos faroles, cayendo pétalos de flores, sepultando las huellas de tus pasos, arrastrados por la brisa que comenzara luego de esa persistente llovizna.
Suicidio pensado, recordado desde el “intelecto cósmico” cuando aquella noche supe que nunca más volvería a acariciar tu blanca cabeza.
Eduardo V. Lococo