lunes, 18 de agosto de 2014

CAMPOS DE TRIGAL

Ranchos de papel
camino de tierra,que muere en el trigal
cual mansa ola dibujando la arena
trigal secreto del peón
que le quita espigas al cielo

Esperanzas de la tierra
tierra sembrada de pasiones
pasiones de hijos y cosechas
cosechas con dolor

Anoche helo...
nace el día en la peonada
Solo el campo...
el campo, testigo del rocio de la noche

Trigal que refulge...
altivo estallido del esfuerzo
ruido de tractor, cual melodia
insistiendo que existimos

Amanecer de policromias
amarillos, rojos y naranjas
mientras el ter canta
tero...tero...tero...

Alli al borde del camino
cual picada
arido paisaje
Que muere en el trigal

Trigal del peón
indocil, avasallante
inexplicable, flematico
de furtivo accionar

Manos cercenadas
en cada cosecha
permanente divagar
revivido en el canto del tero

Es el hombre del campo
es el hombre del trigal
es indocil, confuso, avasallante
es el campo, campo del trigal

trigal del patrón
dueño del trigal
apropiador de sueños
sueños delhombre del trigal...

Eduardo Visco
INTELECTOS COSMICOS
Están conmigo los “intelectos cósmicos” sus figuras alargadas y deformes, como las pintadas como el Greco, de miradas muertas con la frialdad y quietud de las estatuas.
Me anime y las invite a compartir el “guindado de mamá” a mi lado se mueven entre luces danzantes, e imagino el escenario ideal, con sones de clarines y repiquetear de tambores.
Las luces oscurecen la sala, salgo a escena cubierto con plateada capa y ellos los “cósmicos intelectos” brincan a mi derredor como aborígenes adorando a su dios.
Mi cuerpo se contrae, aspiro, expiro, desde lo más profundo de la voz, anuncio que la función ha comenzado…



Heroínas del pasado, Dioses de la mitología y punteros del hoy, se entremezclan dando marco a los actores


Juan, un esqueleto ennegrecido de contraído gesto, Pedro lo observa inmóvil desde la puerta del imaginado zaguán, detrás Georgina, cargada de lentejuelas con su pálida piel, color de nada, grotesca, se ríe a carcajadas, caminando como si estuviera sobre arenas movedizas.
Todo…todo responde a la “Cósmica Murga” desde el abismo de mi mente, presencio el tragicómico espectáculo, por momentos se esfuma, transcurre…legan los hurra!.. anunciando el final, final de suicidio, nacido en el otoño del Parque Lezama, bajo aquella vieja magnolia, vigilia alumbrada por antiguos faroles, cayendo pétalos de flores, sepultando las huellas de tus pasos, arrastrados por la brisa que comenzara luego de esa persistente llovizna.
Suicidio pensado, recordado desde el “intelecto cósmico” cuando aquella noche supe que nunca más volvería a acariciar tu blanca cabeza.
Eduardo V. Lococo